Pastel de plátano: una receta con sazón venezolano
En la cocina venezolana, el pastel de plátano es más que un plato: es tradición, ingenio y sabor reconfortante. Perfecto para compartir en familia, esta receta combina lo dulce del plátano maduro con lo salado del guiso de carne o pollo, creando una mezcla irresistible. Como en toda buena preparación casera, el toque de Sal Bahia hace la diferencia: realza cada ingrediente y une todos los sabores en armonía.
Fácil
1 hora
Cocina
4
Ingredientes
- 6 plátanos maduros
- 500 g de carne molida o pollo desmechado
- 1 cebolla
- 1 pimentón rojo
- 2 dientes de ajo
- 2 cucharadas de pasta de tomate
- 1 taza de caldo o agua
- Aceite para freír
- Sal Bahia al gusto
- Pimienta al gusto
- Queso blanco semiduro rallado, tipo llanero, palmita o Santa Bárbara (Opcional)
Para el armado:
- 1 huevo batido (para compactar)
- Un poco más de Sal Bahia para el toque final
Utensilios
- Sartén grande
- Cuchillo y tabla de picar
- Molde para hornear
- Espátula o cuchara de madera
Preparación
- Quita la piel a los plátanos maduros y córtalos en láminas delgadas a lo largo. Fríelos ligeramente en aceite caliente hasta que estén dorados por ambos lados. Resérvalos sobre papel absorbente.
- En una sartén grande, sofríe la cebolla, el ajo y el pimentón picados hasta que estén tiernos y fragantes.
- Agrega la carne molida o el pollo desmechado. Cocina bien hasta dorar. Añade la pasta de tomate y el caldo. Condimenta con Sal Bahia y pimienta al gusto. Cocina a fuego bajo por unos 15 minutos hasta que espese y los sabores se integren.
- En un molde engrasado, coloca una capa de plátanos fritos, luego una capa de guiso y, si lo deseas, una de queso. Repite hasta completar, terminando con plátano.
- Barniza con el huevo batido y hornea a 180 °C por 25 a 30 minutos o hasta dorar.
Un toque Bahia: Este pastel conquista desde el primer bocado, con esa mezcla perfecta entre el dulzor del plátano maduro y lo salado del queso gratinado. ¿Un secreto para hacerlo aún más especial? Añade queso entre las capas y sorprende con una textura suave y un sabor que reconforta el alma.
Además, como en todas nuestras recetas, una pizca de Sal Bahia hace la diferencia: realza los sabores sin robarles protagonismo, y le da ese toque que sabe a casa.
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