Uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo es la hamburguesa. Aunque en general siempre se prepara de la misma manera, es un alimento tan versátil que se puede modificar al gusto para que cualquiera pueda consumirlo. Si bien las clásicas hamburguesas son de carne y están acompañadas de lechuga, tomate y cebolla, en la actualidad podemos encontrar hamburguesas de pescado, de legumbres y de todo tipo de alimentos.

La hamburguesa que todos conocemos fue creada en el siglo XIV en la ciudad de Hamburgo, de la cual procede su nombre actual. En aquella época se conocía como filete hamburgués y se consideraba una comida de pobres ya que se elaboraba con carne de baja calidad y diferentes especias.

A medida que pasaba el tiempo, esta receta alemana fue extendiéndose por toda Europa y posteriormente por el resto del mundo por su rico sabor y gracias a personas como J.H. Salisbury.

Este doctor decía que el almidón de los alimentos producían daños en el cuerpo y que los humanos deberían comer carne ya que tenían dentadura para ello. Es por eso que recomendaba el consumo diario de hamburguesas e incluso creó su propia versión, el Salisbury steak.

De esta manera, la hamburguesa consiguió llegar a todos los rincones del mundo, teniendo especial éxito en Estados Unidos. Es por ello que actualmente este país es tan famoso por este tipo de alimento y que de allí salieran gran parte de las cadenas de comida rápida de hamburguesas.

A pesar de que la hamburguesa que todos conocemos proviene de Alemania, hay datos que nos muestran la existencia de platos muy similares muchos más antiguos. Por ejemplo, en la época vikinga, las tribus elaboraban los filetes tártaros o filetes rusos con carne picada y en el Antiguo Egipto los faraones consumían carne entre dos rodajas de pan.